sábado, 10 de noviembre de 2007

¿Por qué suben los alimentos?

¿Por qué suben los alimentos?

Los mayores costes de los piensos para animales y la menor producción son factores que explican el alza en el precio de algunos productos básicos

El Pais VIDAL MATÉ - Madrid - 10/11/2007


El petróleo y varios alimentos básicos en la cesta de la compra han sido los protagonistas del incremento de los precios que ha situado el IPC de octubre en una tasa interanual del 3,6%. Aunque parece que se ha detenido la subida de algunos productos como la leche, se mantienen abiertas las posibilidades de que continúe la escalada en los precios de otros alimentos.


Una de las causas fundamentales sería el ajuste a la baja de las cabañas, ya que los productores se ven incapaces de asumir los mayores costes de los piensos para animales. Pero la evolución de cada producto responde a distintas razones, que se resumen a continuación.

- Cereales, más demanda

Parece algo anormal que la subida histórica experimentada por los precios de los cereales -de entre el 50% y el 100%- haya coincidido con la segunda cosecha interior más elevada de la última década, que ha rozado los 24 millones de toneladas. Pero este encarecimiento se explica porque España es uno de los mayores importadores de cereales y otras materias primas para alimentación animal.

El incremento de los precios se ha producido por una mayor demanda en todo el mundo, por las malas cosechas en terceros países y por la falta de stock en la UE. Los cereales que más se han encarecido son los destinados a la alimentación humana, como los trigos duros para la elaboración de pan o pastas, que han llegado a duplicar los precios por la falta de oferta en todo el mundo.

Por el contrario, el destino de cereales para la producción de bioetanol es muy baja, únicamente entre el 2% y el 3%, por lo que no ha influido directamente en la subida de los precios, aunque sí puede hacerlo en el futuro.

- Leche, no hay cabaña

La explosión de los precios de la leche de vaca en los últimos cinco meses no ha sido consecuencia de la subida de los precios de los cereales, sino de la falta de oferta en España, en la UE y en países tradicionalmente exportadores como Australia, así como por el incremento de la demanda en todo el mundo. Desde mayo a octubre, los precios en origen pasaron de una media de 0,30 a 0,45 euros, lo que supone un incremento medio superior al 50%, que equivaldría a una subida del 25% al consumidor.

En toda la UE, la subida de los precios de la leche ha sido una consecuencia directa de la política diseñada por Bruselas encaminada a reducir la oferta y eliminar excedentes. Con esa estrategia, España ha entrado de lleno en una situación de déficit. Para reducir la producción, miles de ganaderos han transformado sus explotaciones de vacuno de leche en vacuno de carne.

En España, además de esa política, las alzas en los precios responden a la existencia de una cuota de producción de sólo 6,1 millones de toneladas frente a una demanda de casi nueve millones. Cuando existía una producción de leche negra o ilegal por encima de cuota, se aproximaban las cifras de la oferta a la demanda. Pero la eliminación de la leche ilegal ha agravado el déficit.

La falta de producción suficiente no se superará al menos en un año, y sólo en el caso de que los ganaderos vuelvan a orientar sus explotaciones de vacuno de carne hacia la leche. La única posibilidad de bajada a corto plazo es un aumento de producción en otros países.

Las industrias han recibido acusaciones de pactar las subidas de precios. Sin embargo, dada la actual estructura empresarial y su escaso poder frente a la distribución, parece imposible que la industria imponga tarifas a la gran distribución. Hoy es ésta la que fija los precios de venta con elevados márgenes.

- Girasol, importación cara

La cosecha de girasol en España ha sido un 20% superior a la de la campaña anterior, con una producción de 726.000 toneladas. La demanda, en cambio, supera el millón de toneladas. España es un país netamente importador de pipa y aceite de girasol, especialmente de países de Europa del Este, donde este año se ha producido una fuerte caída de las cosechas.

Esta situación, junto a una mayor demanda para consumo humano y para las empresas de agrocombustibles para la producción de biodiésel, se ha traducido en una subida de los precios en el campo. Y ese incremento tiene incidencia en las conservas. Los precios del girasol no bajarán hasta la próxima cosecha en terceros países.

- Oliva, estabilidad

En las olivas, las subidas de precios ni han llegado ni se las espera. Tras los fuertes incrementos del año pasado, las cotizaciones están ahora estabilizadas y podrían incluso bajar ante un final de campaña con un stock de unas 250.000 toneladas y la posibilidad de una gran cosecha de entre 1,25 y 1,35 millones de toneladas.

- Huevos, menos ponedoras

Desde hace ya varios años, el parque de gallinas ponedoras mantiene un ajuste a la baja. Esta reducción se ha acelerado en los últimos meses por el encarecimiento de los piensos. Esto se ha traducido en un descenso del parque de ponedoras de 48 a 40 millones de unidades. Así se ajusta la oferta a la demanda y se elimina un excedente de casi un 20% que se destinaba a la exportación. La subida de los precios respondería, por tanto, a un ajuste a la baja de la producción ante el aumento de los costes.

- Pollos, menos crianzas

Al igual que en los huevos, los precios del pollo han experimentado un incremento debido al ajuste de la oferta a la demanda. El sector atravesó en los últimos años diferentes crisis por la gripe aviar. Ante la subida de los precios de los piensos, la avicultura de carne ha reducido la entrada de pollos en las granjas.

- Porcino, ajuste retardado

Con los precios de los piensos haciendo estragos en las granjas, el sector del porcino sufre en los últimos meses una grave crisis aliñada por la caída de los precios de la carne. Los ganaderos han eliminado la reposición de madres, han sacrificado lechones y han reducido la entrada de cerdos para cebar en casi un 15%. Ello se traducirá en menos oferta para el primer trimestre de 2008 y el riesgo de subidas de precios para entonces. Hoy, las industrias cárnicas no tienen ningún argumento para subir los precios de los productos transformados.

- Vacuno, reducción de ofertaA consecuencia de los bajos precios, la producción de vacuno mantiene una línea de caída en los últimos años. Ha pasado de 714.000 toneladas en 2005 a las 640.000 que se esperan para 2007.

El encarecimiento de los piensos, junto a la estabilidad o la baja de los precios de las carnes en origen, se está traduciendo en la no entrada de animales en los cebaderos. Las instalaciones vacías conllevan el riesgo de menos oferta, y de carne más cara en los próximos meses.

- Cordero, la crisis más grave

El sector del ovino atraviesa una de las crisis más prolongadas por los bajos precios en origen durante la mayor parte del año, salvo campañas concretas como la de Navidad, sin que esas cotizaciones se reflejen al consumo. La subida de los precios de los piensos ha agravado los abandonos de la cabaña de hasta un millón de cabezas al año. La oferta se suele cubrir con importaciones de terceros países.