miércoles, 22 de octubre de 2008

¿ES COMESTIBLE EL DINERO?

Me detuve el otro día ante un póster ya antiguo, donde el daguerrotipo de una pielrroja norteamericana ilustra cierta profecía que la tribu cree: “Cuando se haya talado el último árbol, envenenado el último río y capturado el último pez descubriréis que el dinero no puede comerse”.
Los mexicanos precolombinos, desconocían hasta la balanza y adquirían cosas usando bolsitas con granos de cacao, oro en polvo metido en los cañones de plumas de ganso e incluso finas láminas de zinc.
En Africa era más habitual pagar las transacciones con sal, y con esclavos, mientras en el curso superior del Amazonas el equivalente a esos bienes resultaban ser panales de cera y miel.
Descubrimos el dinero muy tarde, allí donde había ya agricultura intensiva, metalurgia y arte ingenieril, gracias a especuladores que osaron acumular ese nuevo tipo de mercadería . Aunque al principio las monedas fuesen trozos de metales útiles pero no nobles (cobre y hierro ante todo), y aunque parecía temerario cargarse de cosas ni nutritivas ni acogedoras ni ornamentales, su apuesta prosperó admirablemente, sentando las bases de economías complejas que acabaron descubriendo las ventajas de la plata y el oro, si se combinaban con un sistema de pesas y medidas.
El primer dinero parece haber consistido en cabezas de ganado, medio de pago para todos los antiguos moradores de Europa. Reses, caballos, ovejas y otros animales útiles presentan manifiestos inconvenientes para sostener el intercambio, compensados tan sólo por su capacidad para autotrasladarse, que les hizo preferibles a grano, materiales de construcción, aperos e incluso tejidos. Y las primeras monedas llevan efectivamente el troquel de algún animal, sello que se conserva también a nivel lingüístico: pecuniario vienen del latín pecus (“ganado”).
Sin embargo, la vida económica no despegó hasta que metales nobles, de peso y pureza controlada, se combinaron con otros medios de pago –letras de cambio, cheques, acciones, bonos- que evitaban en mucha mayor medida dificultades de almacenaje y posibles fraudes (muchos emperadores, por ejemplo, limaban toneladas de su propia moneda para reacuñar esas limaduras). Progresivamente espiritualizado y cómodo, el dinero acabó siendo papel dificil de falsificar, luego el plástico de las tarjetas de crédito y ahora la combinación personal de números que se introduce en internet para pagar con cargo a nuestra cuenta corriente.
Antonio EscohotadoArtículos publicados 2003http://www.escohotado.org/

miércoles, 15 de octubre de 2008

España acabará el año con unos 930.000 pisos nuevos sin vender

Las inmobiliarias sólo colocan el 40% de lo que construyen
El País 15/10/2008

España terminará este año con alrededor de 930.000 viviendas de obra nueva sin vender. El mercado está tardando en ajustarse a una demanda estancada, y hoy siguen entregándose los pisos que se iniciaron hace más de un año, cuando el boom daba sus últimos coletazos. Los datos de los aparejadores lo atestiguan: en el tercer trimestre se acabaron el 3,6% de viviendas más que en el mismo periodo del año anterior. Las promotoras terminaron las obras de 184.200 pisos, pero vendieron 75.000. Sólo se deshicieron del 40% de la producción, y el stock sin vender creció en 109.000 unidades.

En las áreas metropolitanas la caída de los precios alcanza el 7,1%
La firma de tasaciones Tinsa auguró ayer que este año se venderán 300.000 viviendas y que se acumularán entre 920.000 y 930.000 pisos para los que no se hallará comprador. Este abultado stock se sumará a las 650.000 viviendas construidas entre 2005 y 2007 que no se vendieron y, además, a las que están en manos de inversores, que las tienen vacías o en alquiler porque no pueden revenderlas. Fuentes del sector creen que no es exagerado estimar que el volumen de pisos sin colocar es de más de dos millones.
De acuerdo con los datos de la tasadora, la acumulación de viviendas seguirá hasta la segunda mitad de 2009, que será cuando se acabarán menos pisos y se notarán las medidas del Ejecutivo para fomentar la circulación de dinero en el mercado. En todo caso, el director general de la compañía, Luis Leirado, indicó que la absorción del stock "no será rápida" y dependerá de las medidas que puedan tomar la diferentes administraciones para fomentar el alquiler y convertir pisos libres en protegidos.
La fuerte caída de la demanda está provocando que los precios sigan descendiendo. En general, los valores han disminuido un 4,9%. En términos reales, es decir, con la inflación, lo han hecho un 9,5% en el último año. Las áreas metropolitanas son las que más están sufriendo las crisis financiera e inmobiliaria, con unas caídas de precios del 7,1%. También las grandes ciudades pasan apuros, con descensos del 6,5%, mientras que la maltrecha costa mediterránea, donde se inició la debacle residencial, cede un 5,3% (en 2002 había llegado a crecer un 24,1%).
Ninguna zona se libra de la bajada del valor de la vivienda. Las islas Baleares y Canarias experimentaron una caída del 4,4%, y en el resto de municipios la rebaja fue más leve, del 1,7%.