jueves, 31 de mayo de 2007

Sanidad de pago bajo el PC chino

La privatización de la salud ha empobrecido el campo y alienta el fraude en los fármacos

JOSE REINOSO El País - Pekín - 31/05/2007

El primer aparato que ven muchos pacientes cuando tienen que acudir al servicio de urgencias de un hospital en China no es una máquina de rayos X, sino un cajero automático. Los centros sanitarios se niegan a aceptar a los enfermos salvo que puedan hacerse cargo de los gastos. Y antes de ser recibido por el médico, el personal de recepción exige al visitante que desembolse la cantidad correspondiente.

En el mercado chino la inversión en investigación y desarrollo es mínima

A la factura de la consulta viene a sumarse, cuando se acude a un centro hospitalario, la de los medicamentos. Los fármacos son una de las principales fuentes de ingreso de los hospitales, por lo que es habitual ver a los enfermos salir cargados con bolsas de plástico repletas de los productos recién adquiridos en su farmacia.

Pero muchos chinos no se fían, porque consideran que los doctores prescriben teniendo en cuenta su propio interés económico, no el del paciente, y no es extraño que se dirijan con la receta a la botica más cercana para comprar una alternativa más barata.

Además, se quejan, de que, como ocurre en otros países de Asia, para ser bien atendidos, tienen que dar sobres con dinero a los médicos y a su equipo.

Esta situación es consecuencia de las reformas económicas lanzadas por Deng Xiaoping a finales de 1978, que convirtieron la Sanidad, ya sea pública o privada, en un artículo de pago, regido por las leyes del mercado. Un paisaje muy diferente al que existía durante el maoísmo, cuando los llamados doctores descalzos -mitad campesinos, mitad enfermeros- recorrían el país dispensando cuidados, que, aunque básicos, eran casi universales.

La privatización del sistema sanitario es uno de los factores que ha contribuido a la pobreza en el campo y a que en algunas regiones muy atrasadas la tasa de mortalidad haya subido desde la década de 1990. El 90% de la población rural y el 60% de la urbana no tienen cobertura sanitaria. El 40% de la población no va nunca al médico porque no puede hacer frente a la factura.

Pekín pretende cambiar esta situación, porque dice que es clave para impulsar el consumo interno, y por tanto la economía, y está introduciendo un programa de seguros médicos, que, sin embargo, exige pagos por parte de los pacientes, que muchos siguen sin poder efectuar.

Este es el caldo de cultivo en el que ha crecido la rentable industria farmacéutica, cuya producción subió a una media anual del 16,7% en valor entre 1978 y 2003.

China se ha convertido en uno de los principales fabricantes de medicamentos del mundo y uno de los mercados con mayor auge, aunque la inversión en investigación y desarrollo es mínima.

La euforia farmacéutica ha creado grietas en el sistema, con compañías que fabrican medicamentos falsos y empresarios poco escrupulosos que han sobornado a los funcionarios de la Administración Estatal de Alimentos y Medicinas para registrar sus fármacos sin necesidad de ensayos, lo que ha provocado decenas de muertes en los últimos años.

El Gobierno anunció el martes pasado que Zheng Xiaoyu, director de este organismo hasta 2005, ha sido condenado a muerte por corrupción.

jueves, 17 de mayo de 2007

Los secretos de Toyota


El fabricante japonés desbanca a todos sus rivales mientras bate récords de facturación y beneficios
RAMÓN CASAMAYOR 13/05/2007

Toyota se ha convertido en el primer fabricante mundial de automóviles, al mismo tiempo que alcanza una rentabilidad y una valoración en Bolsa que le permitiría comprar a muchos de sus competidores occidentales. La apuesta por la calidad, la competitividad, las nuevas tecnologías, algunas ventajas de su idiosincrasia oriental y una gran humildad les han aupado al podio.
Los secretos de Toyota
El fabricante japonés desbanca a todos sus rivales mientras bate récords de facturación y beneficios
RAMÓN CASAMAYOR 13/05/2007

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Toyota se ha convertido en el primer fabricante mundial de automóviles, al mismo tiempo que alcanza una rentabilidad y una valoración en Bolsa que le permitiría comprar a muchos de sus competidores occidentales. La apuesta por la calidad, la competitividad, las nuevas tecnologías, algunas ventajas de su idiosincrasia oriental y una gran humildad les han aupado al podio.

"Cualquier operario puede detener la cadena de montaje. Es muy difícil que otras empresas puedan copiar eso", según el vicepresidente Tetsuo Agata
Este ejercicio esperan vender 8,89 millones de automóviles y alcanzar un beneficio neto de 10.166 millones de euros

Durante el primer trimestre de este año, las ventas mundiales de la japonesa Toyota superaban a las de la norteamericana General Motors y ocupaban el primer puesto del ranking mundial de fabricantes de automóviles. Era la crónica anunciada del desplazamiento de un podio que, según las declaraciones de sus máximos responsables, en Detroit estaban dispuestos a defender con uñas y dientes y que en Tokio no tenían ningún interés en alcanzar.
Se da la circunstancia, además, de que ése ha sido el último trimestre del ejercicio fiscal de Toyota correspondiente al periodo 2006-2007, en el que han registrado todos los récords económicos que una gran multinacional pueda soñar. Récords, por otro lado, también anunciados por la trayectoria de los resultados alcanzados durante los últimos ejercicios.
A finales del pasado año, todo el mundo daba por sentado que en 2007 se produciría el relevo; lo que no estaba tan claro es que además venga acompañado de unos resultados casi insultantes para sus competidores, algunos de los cuales atraviesan dificultades que les están obligando a importantes reajustes que en algún caso suponen una notable reducción de su plantilla o incluso el cierre de algunas plantas, como es el caso de Ford y General Motors.
En su último ejercicio, Toyota ha ganado 10.105 millones de euros, casi un 20% más que el año anterior, y lo que es más significativo: un resultado superior al de la suma de sus ocho principales rivales.
"Cualquier operario puede detener la cadena de montaje. Es muy difícil que otras empresas puedan copiar eso", según el vicepresidente Tetsuo Agata
Este ejercicio esperan vender 8,89 millones de automóviles y alcanzar un beneficio neto de 10.166 millones de euros
Durante el primer trimestre de este año, las ventas mundiales de la japonesa Toyota superaban a las de la norteamericana General Motors y ocupaban el primer puesto del ranking mundial de fabricantes de automóviles. Era la crónica anunciada del desplazamiento de un podio que, según las declaraciones de sus máximos responsables, en Detroit estaban dispuestos a defender con uñas y dientes y que en Tokio no tenían ningún interés en alcanzar.

A finales del pasado año, todo el mundo daba por sentado que en 2007 se produciría el relevo; lo que no estaba tan claro es que además venga acompañado de unos resultados casi insultantes para sus competidores, algunos de los cuales atraviesan dificultades que les están obligando a importantes reajustes que en algún caso suponen una notable reducción de su plantilla o incluso el cierre de algunas plantas, como es el caso de Ford y General Motors.
En su último ejercicio, Toyota ha ganado 10.105 millones de euros, casi un 20% más que el año anterior, y lo que es más significativo: un resultado superior al de la suma de sus ocho principales rivales.