lunes, 9 de noviembre de 2009

Veinte años de la caída del Muro

El capitalismo y la democracia pierden apoyo en la Europa del Este
Una encuesta revela que los ciudadanos se ven más pobres que en 1989
FERNANDO PEINADO - Madrid - 09/11/2009


El gigantesco salto del comunismo al capitalismo y a la democracia supone un cambio de vida difícil de asimilar. Quizás por eso, las generaciones mayores en los antiguos países comunistas, las de aquellos que han vivido casi toda su vida bajo el antiguo sistema, rechazan más la transformación experimentada que los que nacieron poco antes o después de la caída del Muro, según una encuesta del instituto de opinión estadounidense Pew, realizada en nueve países del este de Europa y antiguas repúblicas soviéticas con ocasión del 20º aniversario de la caída del telón de acero.
Sólo el 37% de los rusos considera muy importante la libertad de expresión
La encuesta revela que, en general, los ciudadanos del antiguo bloque comunista europeo han perdido parte de su entusiasmo inicial por las ideas del capitalismo y la democracia. El cambio más pronunciado se ha producido en Ucrania: sólo el 30% de los ucranios aprueba un sistema multipartidista, frente al 72% que lo hacía en 1991, cuando se efectuó un sondeo similar.
La generación más joven, los residentes en las ciudades y los que disponen de mayor grado de educación tienden a aprobar la transformación. En Rusia, por ejemplo, la mayoría de los menores de 50 años de edad aceptan el paso a un sistema con pluralidad de partidos y la economía de mercado. Pero los que superan esa edad son mucho menos optimistas; entre el grupo de edad de 65 años o más, sólo el 27% expresa una visión positiva. Este patrón se repite en todos los países analizados -con la excepción de Alemania del Este, en la que la satisfacción con los cambios es generalizada- y refleja la misma divergencia que se observaba entre la población en 1991.
Una de las causas que explica la desafección de los ciudadanos de estos países con los cambios experimentados es que creen que son más pobres que hace 20 años. El consenso es que la gente corriente se ha beneficiado menos del cambio que los políticos y grandes empresarios. Sólo los polacos (47%) y los checos (45%) opinan que su situación económica es mejor ahora que cuando vivían bajo el modelo comunista. Los húngaros (72%), los ucranios (62%) o los búlgaros (62%) creen que la economía de mercado les ha hecho más pobres.
Paradójicamente, la mayoría opina que está satisfecha con su vida. Así, incluso los más críticos con los cambios ven su vida personal de forma más positiva que en 1991. En Polonia, por ejemplo, el 44% respondió que estaba satisfecho este año, en comparación con el 12% de 1991. En otros países el cambio fue menos pronunciado. En Bulgaria y Hungría, sólo el 15% de los entrevistados esta vez dijeron que estaban satisfechos, frente al 4% y 8% que lo estaban tras la caída del Muro.
Los alemanes del Este, en particular, aprueban la reunificación con una sólida mayoría, al igual que lo hacen los alemanes del Oeste, a los que se les incluyó en el estudio para plantearles esta pregunta. Sin embargo, menos alemanes del Este tienen ahora una imagen positiva de la reunificación que en 1991.